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Mostrando las entradas etiquetadas como Mujer

Claudio Naranjo: "El mal de la civilización es la mente patriarcal"

Claudio Naranjo. Chileno, estudió medicina, psiquiatría y música y acabó convirtiéndose en un referente mundial en la investigación de la mente humana. Integrador de la sabiduría tradicional y científica, oriental y occidental, y el conocimiento histórico, antropológico, sociológico, psicológico y espiritual del ser humano. Creador del programa SAT, en principio dirigido a profesionales de la psicoterapia y derivado en un programa de transformación individual y social para uso personal y en el ámbito educativo. Autor de más de 20 libros, traducidos a varios idiomas. "La única salida a esta crisis es la transformación interior" La crisis actual ha tambaleado muchos cimientos del sistema y ha acabado revelando algunas de sus muchas fisuras. El comunismo se hundió por sus fallos de funcionamiento pero el capitalismo no parece salir mejor parado. Llevamos siglos cambiando gobiernos, haciendo revoluciones políticas y sociales pero nunca llegamos a buen puerto qui

Marcela Lagarde: SORORIDAD

Fueron feministas italianas y francesas las que, a mitad del siglo XX, desarrollaron un concepto que va más allá de la solidaridad, vista como un intercambio que mantiene las condiciones como están. La SORORIDAD, en cambio, tiene implícita la modificación de las relaciones entre mujeres ayudándose entre ellas, fraternidad femenina, dándole nombre a esa experiencia solidaria con la que se construye lazos que contribuyen al avance social. Según Marcela Lagarde, LA SORORIDAD parte de un esfuerzo por desestructurar la cultura y la ideología de la feminidad que encarna cada mujer, como un proceso que se inicia en la amistad/enemistad de las mujeres y avanza en la amistad de las amigas, en busca de tiempos nuevos, de nuevas identidades. Las francesas (Gisele Halimi) llaman a esta nueva relación entre las mujeres, sororité, del latín sor, hermana; las italianas dicen sororitá; las feministas de habla inglesa la llaman sisterhood; y nosotras podemos llamarla sororidad. Significa la amistad ent

Feliz Dia, Mujeres Salvajes!

Creo firmemente que el mundo cambiaría y la tierra sanaría si suficientes de nosotras despertáramos a la verdadera feminidad. Esa feminidad que no necesariamente encaja dentro de las medidas "90,60,90"; que es libre de ensuciarse las manos en la tierra sin temor a "perder una uña"; que es libre de usar todos los colores del espectro. Esa feminidad a la cual el opuesto (lo masculino) realza, más no domina (y viceversa) Esa feminidad valiente, que llora, grita, patalea, ríe, escucha atentamente, levanta su voz ante la injusticia, comunica su verdad con voz clara; que experimenta emociones desde el odio, la rabia, el miedo hasta la dicha, el placer, el amor... Esa feminidad que está en comunión con la naturaleza y que es intrínsecamente salvaje. Recordemos siempre la responsabilidad que tenemos de hacerlo... reinventandonos a nosotras mismas, aprendiendo las lecciones que derivan de las experiencias de la vida, transformandonos, transformandonos siempre! lo cual es un

Amma: "Las mujeres deben recuperar su fuerza y su coraje"

E n realidad, ningún poder exterior puede evitar que la mujer se exprese y manifieste sus cualidades maternales innatas, como el amor, la empatía y la paciencia. Es la mujer y ella sola la que debe despertar. El único obstáculo real para este despertar es su mental… Las cualidades maternales innatas de las mujeres, su poder de creación, de dar la vida, constituyen su fuerza más grande. Y este poder puede posibilitar que las mujeres realicen un cambio mucho más profundo en la sociedad del que los hombres pudieran hacer. Las mujeres deben recuperar su fuerza y su coraje. El coraje es un atributo del espíritu. No se trata de una virtud del cuerpo. Las limitaciones a las que se creen sometidas las mujeres no son reales. Cuando desarrollen la fuerza de vencer estas limitaciones imaginarias, nada podrá detener su marcha hacia delante en todos los ámbitos de la vida. Ellas tienen el poder. Ya está ahí, presente en ella… En la India antigua, cuando un marido hablaba de su esposa utilizaba

La transformación es hoy...

Muchas veces, cuando urgamos en el mundo de la energía femenina, nos encontramos con referencias a Diosas y arquetipos femeninos. Me ha pasado, y lo he encontrado sumamente interesante. Pero el sentido de esta información se puede perder si no es integrado en la vida "real", la del día a día. Ciertamente el conocimiento no debe ser "acumulación de información" sino principalmente, me parece a mi, el conocimiento debe ser experiencia.  De manera que, cuando empezamos a asumir concientemente la energía femenina, asumimos así mismo la transformación de nosotras mismas por obra de esta energía. Aceptamos el reto de romper con lo establecido, en nuestras mentes y en el mundo exterior. Precisamente me topé con un artículo muy interesante al respecto en un blog amigo, del cual copio aqui algunos extractos: "Yo no hablo solamente de arquetipos, de representaciones y símbolos, de diosas de la mitologia griega o romana, sus celos y sus rabias … Hablo de la mujer viva y d

La verdadera feminidad nos hace libres...

"Hay una belleza interior que emana de tu ser. La transformación de la mujer seductora en encantadora requiere encontrar el amor dentro de ella, hacia ella, para irradiar después este amor que la habita.  Una manera de hacerlo es recorrer nuestros miedos y necesidades, comunicándonos correctamente con nosotras mismas. De este modo evitamos las incomprensiones, los malentendidos y las desviaciones que con frecuencia están presentes en el seno de una relación amorosa. Entonces, nuestra mujer encantadora se vuelve magnética y reencontramos los caminos de la libertad dentro del amor. Una mujer asi no necesita recurrir a las manipulaciones del amor porque ha entrado en contacto con el amor a sí misma.

La mujer en la poesía

“No seré esclava de ningún amor. A nadie devolveré el sentido de su vida, su derecho al crecimiento constante hasta el último aliento. Maniatada por el oscuro instinto de la maternidad, sedienta de ternura como el asmático de aire, con qué empeño construyo en mí el hermoso egoísmo humano, reservado desde hace siglos para el varón.